CARRITO

Sin equipos “involucrados”, y sin una dirección que piense e invierta en ellos, difícilmente se podrá competir en el futuro

Jordi Amado Guirado
Jordi Amado Guirado
17/03/2014

Últimamente en el sector se habla menos de la gestión de las personas, la crisis de algún modo ha tranquilizado el sector, ha “normalizado” la retención y rotación de los profesionales. Ya no se perciben con tanta intensidad las urgencias, como ocurría en los años previos a la crisis, de reclutar o retener a buenos o incluso a veces a “mediocres” profesionales a cualquier precio, hay que recordar que en España en dicho periodo teníamos una tasa de paro del 8%, un dato que hoy parece imposible que haya podido existir, e inimaginable que se pueda conseguir en los próximos años.

Durante estos años de crisis todos sabemos que ha habido muchos cambios en el sector, desde reajustes de plantilla, moderación o estancamiento en las subidas salariales, reducción de sueldos, también se han modificado retribuciones que antes eran fijas han pasado a ser variables entre otras medidas. La crisis inevitablemente ha llevado a tomar este tipo de medidas, y conviene también decir que aquellos despachos que no las han aplicado, en estos momentos lo están pasando mal. No obstante llegados a este punto, mi pregunta es la siguiente, siempre pensando en los pequeños y medianos despachos; ¿Hemos aprendido algo? ¿Se está gestionando  a las personas de forma diferente? Sin pretender dar lecciones a nadie, creo sinceramente que se están realizando pocos esfuerzos en hacer cosas diferentes, en buscar nuevas formulas de relacionarse y trabajar en equipo, en conseguir profesionales implicados e involucrados en los proyectos e iniciativas futuras de nuestros despachos, no obstante  considero  que es un buen momento para intentarlo. Yo incluso diría que es “el momento”. No me vale el discurso de siempre, de refugiarse en el tópico; “Es que en los pequeños y medianos despachos no es posible ofrecer un plan de carrera…”. Con todo el respeto para quienes piensen de ese modo, yo lo visiono de una forma diferente, en los pequeños y medianos despachos  también es posible ofrecer un proyecto  atractivo y estimulante a sus profesionales y empleados, existen otros caminos igualmente posibles y atractivos, pero naturalmente hay que atreverse y esforzarse en explorarlos y ponerlos en práctica. Y esto que apunto no está reñido  con el que exista una cierta rotación, yo siempre he defendido que incluso es recomendable, ni pasa necesariamente porque los profesionales deban convertirse en socios como única solución de éxito. Lo que propongo es algo tan sencillo y tan complicado como intentar involucrar a las personas,  que sientan que nuestro proyecto de despacho como propio, que en definitiva se vean como protagonistas y “responsables de su gestión”. En definitiva esto que apunto, el conseguirlo o no conseguirlo, tiene que ver más con la actitud directiva  y con planificación a medio plazo, que con los recursos  financieros o medios disponibles. Para completar esta reflexión cito la opinión del “líder tranquilo” Joan Massagué nuestro científico de referencia mundial por sus descubrimientos sobre el cáncer. Como imagino deben saber,  recientemente ha sido ensalzado en todos los medios de comunicación del mundo  por su descubrimiento sobre los orígenes de la metástasis. Pues bien en una de las numerosas  entrevistas y opiniones que se han publicado sobre su vida, me llamó la atención una de las muchas metáforas que suele utilizar para explicar sus iniciativas y proyectos. Esta en concreto se remonta a una década atrás en España cuando le pidieron consejo sobre como estimular la investigación científica, y él mismo se invento un ejemplo que lo llamo “el símil de la empresa de artículos de piel”. Lo explicaba del siguiente modo: “Si tiene una empresa de artículos de piel y tiene que decidir si hace zapatos, cinturones, bolsos o chaquetas, ¿cómo lo decidirá? En función de los operarios que tenga, de si son buenos haciendo zapatos o haciendo bolsos, y en función de la demanda. La ciencia es lo mismo. Si crea un instituto, tendrá que decidir que hace según los investigadores que tenga, y gestionarlo con criterios empresariales, para que los resultados sean los mejores posibles”. Quizás para algunos les suene extraño esta cita, pero en cambio  para mi resume a la perfección las claves de lo que deberían ser el modelo de gestión ideal de un despacho profesional; Pasión por una profesión y un proyecto, conocimiento de tu equipo y de las personas que participan en tu proyecto, atención y conocimiento del mercado, ofrecer u “fabricar” en “función dela demanda”, finalmente aplicar criterios empresariales en la gestión, y todo ello para conseguir los mejores resultados.

Y ya para finalizar, reitero lo dicho al inicio de esta reflexión, tras la resaca de estos años de crisis, ahora es el momento de poner foco en los profesionales y en las personas de nuestras organizaciones, seamos atrevidos y rompamos los tópicos que muchas veces nos encadenan a nuestro día a día y a nuestras rutinas de siempre. Si queremos llegar lejos y perdurar en el tiempo solo lo podremos hacer si vamos acompañados.

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Jordi Amado Guirado

Socio fundador y director de Amado Consultores. Licenciado en Económicas por la Universidad de Barcelona (UB). Economista miembro del Colegio de Economistas de Cataluña y del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Lleva más de 25 años asesorando y colaborando con despachos profesionales (asesorías y firmas de abogados) y con empresas vinculadas al sector profesional (Mutuas, Compañías de Software, Editoriales, Entidades financieras, Colegios y Asociaciones profesionales). Ha escrito y publicado numerosas obras y artículos sobre gestión y dirección de despachos, en total más de 15 obras y más de 150 artículos en prensa y revistas del sector.

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