CARRITO

Reuniones anuales: un alto en el camino para crecer juntos

Jordi Amado Guirado
Jordi Amado Guirado
17/11/2025

Las evaluaciones de desempeño suelen generar sentimientos encontrados entre los profesionales. Para algunos, son una oportunidad de motivación; para otros, una fuente de estrés o incluso indiferencia.

Sin embargo, más allá de la percepción que generan, lo cierto es que estas reuniones anuales representan un momento clave para detenerse, reflexionar y comprobar si todos estamos alineados con los objetivos de la empresa.

No es un examen, es una conversación

El error más común es plantear la evaluación como un juicio o una calificación. En realidad, debería ser una conversación abierta y constructiva, donde el foco esté en el crecimiento y no en la nota. Se trata de acompañar, escuchar y orientar, más que de medir. Cuando los empleados sienten que el feedback es claro, personalizado y útil, la evaluación deja de ser una obligación administrativa y se convierte en una herramienta de fidelización.

Un momento estratégico: noviembre y diciembre

El cierre del año es el momento ideal para realizar estas reuniones. No solo porque coincide con el balance de resultados, sino porque permite preparar el terreno para el nuevo año. Noviembre y diciembre son meses en los que los equipos pueden hacer un alto en el camino, revisar lo aprendido y definir juntos los próximos pasos.

Qué esperan los profesionales

Las encuestas muestran que los empleados valoran especialmente:

  • Feedback de calidad: claro, constructivo y orientado al desarrollo.
  • Menos burocracia: procesos ágiles y centrados en lo importante.
  • Conversaciones humanas: espacios donde se escuche y se motive.
  • Objetividad: evaluaciones basadas en hechos, no en percepciones.

Cuando estos elementos están presentes, la evaluación deja de ser un trámite y se convierte en un motor de compromiso.

Del control al desarrollo

Las empresas y firmas profesionales que apuestan por modelos más dinámicos de gestión del rendimiento —con check-ins periódicos, feedback continuo y conversaciones de desarrollo separadas de la compensación económica— logran mayor agilidad y sentido de pertenencia. El futuro pasa por humanizar las evaluaciones y convertirlas en parte de la cultura organizativa.

Conclusión

Las reuniones anuales no deben verse como un examen, sino como un espacio de crecimiento compartido. Son una oportunidad para reforzar la confianza, alinear expectativas y proyectar el futuro. Si se plantean con espíritu constructivo, pueden ser uno de los momentos más valiosos del año para fidelizar talento y fortalecer equipos.

Para facilitar esta labor a los directivos del sector de los despachos profesionales, pueden encontrar plantillas de evaluación en nuestra área privada Conocimiento Directivo Despachos Profesionales (CDDP) en https://cddp.amadoconsultores.com/admin/login/

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Jordi Amado Guirado

Socio fundador y director de Amado Consultores. Licenciado en Económicas por la Universidad de Barcelona (UB). Economista miembro del Colegio de Economistas de Cataluña y del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Lleva más de 25 años asesorando y colaborando con despachos profesionales (asesorías y firmas de abogados) y con empresas vinculadas al sector profesional (Mutuas, Compañías de Software, Editoriales, Entidades financieras, Colegios y Asociaciones profesionales). Ha escrito y publicado numerosas obras y artículos sobre gestión y dirección de despachos, en total más de 15 obras y más de 150 artículos en prensa y revistas del sector.

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